Para los radioaficionados la modulación es uno de los pilares más importantes de las telecomunicaciones modernas. Cada vez que encendemos un radio, hacemos una llamada o enviamos un mensaje, y detrás de eso existe un proceso que permite que la información viaje lejos sin deformarse: la modulación. Aunque el concepto puede sonar técnico, en esencia es bastante simple. Se trata de “acomodar” una señal —generalmente la voz, datos o audio— sobre otra señal de mayor frecuencia llamada portadora, para que pueda desplazarse eficientemente por el espacio, cables o cualquier medio de transmisión.
¿Por qué necesitamos modular?
Las señales que generamos los seres humanos, como la voz, tienen frecuencias muy bajas y no pueden propagarse a grandes distancias por sí solas. Además, son altamente susceptibles al ruido y a la interferencia. Por eso, se utiliza una señal portadora que vibra a frecuencias mucho más altas. Al combinar ambas señales se mejora la cobertura, se evita que diferentes comunicaciones se mezclen entre sí y se aprovecha mejor el espectro radioeléctrico.