Radioaficionados en el Perú no han desaparecido

Una nota interesante en la red indica que a pesar de los celulares y del chat, instituciones como el Radio Club Perú, la Asociacion de Radioaficionados del Perú y otras instituciones luchan por seguir vigente. Apoyan al Instituto Nacional de Defensa Civil en caso de desastres naturales. En nuestro país, la radioafición comenzó en 1920, época en que los jóvenes tenían preguntas sobre las conexiones inalámbricas y se obsesionaron por investigar.
Diez años más tarde, los seguidores asi fundaron el Radio Club Perú, entidad sin fines de lucro, que vive de donaciones y de la voluntad de los mismos socios.

"OA4-DNK" es escuchado por el auricular. Esta es la denominación que Óscar López García pronuncia cada vez que se quiere comunicar con un radioaficionado. Las letras OA significan Perú, el 4 es sinónimo de Lima, DNK viene a ser su nombre personal. Con ese código, el hombre de 70 años entabla amistad con gente que tal vez jamás verá. Pueden ser de otros distritos, provincias o países. .


CURIOSIDAD. Esta curiosidad hizo que OA4-DNK y Carlos Alva (OA4-WD) adquirieran sus transmisores, micrófonos y antenas, e hicieran sus propios equipos. "No entiendo a las personas que se comunican por chat", dice Óscar. Y su admiración es por la ausencia de voz: no sabes quién te habla ni cómo lo dice. El anciano detesta la computadora y no entiende de diálogos en los que no se sienta la entonación del interlocutor. Ese debe de ser el motivo por el que no puede abandonar su equipo. Tiene en su auto Escarabajo una microestación. 

MÁS QUE UN HOBBY. Una ventaja de comunicarse por esta vía es que la señal no se interrumpe en caso de un desastre natural. Es decir, continúa funcionando entre sismos y tsunamis, a diferencia del teléfono. Los radioaficionados suelen destacar la transmisión del terremoto del 17 de octubre de 1966. Explican que gracias a los hombres de radio se logró identificar que el epicentro fue en Huacho. 

La gran labor del radioaficionado no es muy conocida. Sin embargo, basta escuchar a don Arturo Figueroa, presidente del club, para encontrar una buena definición de este pasatiempo que casi es una adicción. Mientras acaba su café, parafrasea al gran Sofocleto y dice: "El radioaficionado tiene un poco de vieja chismosa, loco manso y boy scout. 

Vieja porque conversa todo el día, loco porque habla con fierros, y boy scouts porque está siempre listo".

LaRepublica 2004